En un reportaje infantil es importante dejar que los niños sean niños. Para ellos tiene que ser, además de un recuerdo para cuando crezcan, una experiencia en la que se diviertan. No son modelos, y además no sol adultos. Por lo que pasar una tarde divertida es parte de la labor para conseguir unos resultados que respiren naturalidad y los niños (y los padres) queden inmortalizados con naturalidad y con gestos que hablen de ellos.