Como viene siendo casi tradición, todos los años hago una escapada a visitar a mi familia gaditana. En este caso con la excusa de cubrir la boda de Bea y Patricio, aproveché para hacerle unas fotos al pequeño Martín.
Martín es un zalamero que con solo mirarte ya te ha ganado la partida. Con su bólido de dos ruedas y con un mural increíble en el puerto tuvimos más que suficiente para hacer un montón de fotos con esa mirada de pícaro que tiene. Como no, el reportaje tenía que terminar en la playa, que además estaba sola para nosotros ya que se levantó un poco de viento. Un reportaje infantil en Cadiz de película. Este año, a pesar de no haber faltado de mi visita al sur, es todo tan complicado que es bonito recordar aquellas sesiones en las que ir sin mascarilla era lo normal. Además llevaba tiempo con ganas de enseñar estas fotos.
En una sesión de fotos infantil, sean en Cadiz o en cualquier otro sitio, es importante dejar que los niños sean niños. Para ellos tiene que ser, además de un recuerdo para cuando crezcan, una experiencia en la que se diviertan. No son modelos, y además no sol adultos. Por lo que pasar una tarde divertida es parte de la labor para conseguir unos resultados que respiren naturalidad y los niños (y los padres) queden inmortalizados con naturalidad y con gestos que hablen de ellos.
Os dejo con Martín en esta sesión de fotos infantil por las calles de El Puerto de Santa María en Cadiz.
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