Esta es una de esas sesiones que surgen por casualidades de las redes sociales, y que bueno que sea así. La fotografía de embarazo tiene miles de facetas, y esta es una de las más tiernamente salvajes, una madre con mucha tinta en el cuerpo y una nena para comersela, ¿se puede pedir algo más?
Zuriñe es una tatoo lover, bueno tanto es así que regenta una tienda dedicada al mundo del tatoo. Estaba embarazada por segunda vez y quería una sesión de estudio con su otra nena. La idea de lo que buscaba la tenía clara así que nos pusimos manos a la obra y en una de las sesiones más rápidas que conozco tenía las tarjetas llenas de momentazos.
Todo esto gracias sin duda a la inestimable ayuda de Arianne que se encargó de maquillar y peinar al personal y de hacerle unos tatoos super molones a la pequeña Haizea. Es innegable que cuando te rodeas de un buen equipo todo sale a pedir de boca.
Una sesión de embarazo diferente, pero muy, muy entrañable.
Leave a reply